Evolucionar. Una palabra que oímos muy a menudo, que encontramos escondida entre las páginas de numerosos libros y que tendemos a escuchar en miles de películas de esas que vemos por la noche antes de dormir. ¿Pero qué es evolucionar realmente?
Podemos asociar esta palabra con el proceso de crecer, de cambiar, sin embargo, se trata de algo mucho más profundo que el mero crecimiento o cambio y os estaréis preguntando, ¿por qué? Evolucionar es encontrarse a sí mismo y con ello encontrar el brillo interior que cada uno de nosotros alberga dentro, ese brillo que muchas veces retenemos en vez de dejarlo volar. Es habitual que como seres humanos pasemos por etapas que nos ponen a prueba, que nos desmoronan y que muchas veces entierran nuestra autoestima haciéndonos perder esa confianza que tenemos en nosotros mismos, pero uno no puede quedarse estancado en esa inconformidad que muy probablemente le
genere inseguridad.
El cambio comienza en ese preciso momento en el que decides que es hora de tomar otra actitud y por lo tanto, otro rumbo. Suena fácil, incluso utópico, pero dejadme deciros que es más real de lo que imagináis. Se trata de un proceso lento en el que comienzas a pensar más en ti mismo, a hacer aquello que más te llena, a cuidarte a ti más que a nadie... Durante este comienzas a notar que puedes "sanar" tu vida y te das cuenta de que esa misma se ve afectada por tus propios pensamientos, los cuales tienen gran influencia y poder sobre tu cuerpo y mente. Te paras a pensar ¿Qué quiero ser? ¿Cómo me quiero sentir? ¿A dónde quiero llegar? y una vez has desarrollado las respuestas es cuestión de actuar y cambiar completamente tu mentalidad. Empiezas a aceptarte en esos momentos tan oscuros, a cambiar aquello que no te gusta, a quererte, aprendes a valorarte y a saber que eres el único que tiene la última palabra sobre ti mismo.
Con el tiempo se empiezan a notar los cambios, empiezas a envolverte en esa energía que tanto añorabas y es en ese preciso instante cuando echas a volar y absolutamente todo en ti y a tu alrededor empieza a cambiar con muchísima más velocidad de la imaginada. Evolución.
Es un proceso lento que requiere esfuerzo, tiempo y meditación, pues se trata de una gran transformación y crecimiento personal, pero que siempre estará dispuesto a dar sus frutos, al final eres el propio narrador de tu historia y tú decides qué hacer con ella.
La persona que eres hoy en día no es el producto final.